miércoles, 11 de noviembre de 2009

ESTRELLITA DE LIRCAY







Susana Chávez Miranda es nuestra...


ESTRELLITA DE LIRCAY


Cholito huancavelicano,
toma mi retrato
cuidado con que la pierdas,
como me has perdido...
(Huaynito huancavelicano)

I


Su afinada voz resuena incesante en mis oídos y las vivenciales letras de esta canción –casi un himno para nuestra tierra- me emocionan hasta las lágrimas. Me siento orgulloso de ser huancavelicano y que la intérprete sea paisana mía. Es Susana Chávez Miranda, la "Estrellita de Lircay".


Matriarca y símbolo nacional del folklore, Estrellita de Lircay nos deleita desde hace más de medio siglo, con su calidad artística, cantándonos sus huaynos, santiagos y mulizas como quién le declama verdaderos poemas a la vida.


La recuerdo tierna y candorosa en aquella lejana y perdida fecha de la década del ’60, cuando la vi por primera vez en un antiguo coliseo de la Av. El Sol en el Cuzco, compartiendo escenario con artistas de la talla de "Los Campesinos", la "Pastorita Huaracina" y el inmortal "Picaflor de los Andes". La recuerdo con su voz dulce y sentimental, cantándole a la vida y al amor, diciéndole a su público que era una estrellita venida desde un hermoso pueblo llamado Lircay. La recuerdo, firme y segura de saberse una digna embajadora de nuestra tierra.


Hoy, casi cincuenta años después, una fotografía suya en blanco y negro me invita a recordarla. La imagino sentada en la sala de su casa, rodeada del cariño de su familia y de los innumerables reconocimientos que merecidamente ha ganado en su vida artística. La imagino sentada al pie de la Mamacha Carmen –que seguramente debe descansar en el mejor lugar de su casa- recibiendo la bendición de la Madre y Señora de todos los lirqueños.


II


Susana, supo de tristezas desde niña. "Mana mamayocc, mamna taytayocc pichiucitay..." es acaso una canción que la interpreta con todo el alma, pues, en ella alberga su tristeza por la temprana partida del padre amoroso.


Dulce compañía de su madre, nuestra susanachay cantaba para mitigar las largas y pesadas jornadas laborales de los obreros mientras les vendía comida en los asientos mineros de Angaraes. Un día el dueño de las minas se percató de sus dotes artísticas y la invitó a animar una fiesta de cumpleaños. Tenía apenas siete años cuando supo que su destino ya estaba trazado, pues ese mismo día recibió elogios de su informal público y fue allí cuando empezó a intimar con las palmas.


A los 16 años años hizo su debut artístico en la Feria Regional del Centro en Huancayo (1948). Desde entonces, solo supo de éxitos. Fundó la Asociación de Artistas Folclóricos del Perú y fue miembro de la Asociación Peruana de Autores y Compositores del Perú. Realizó innumerables giras por el interior del país. Bolivia y Chile conocieron de su calidad artística.


Cuenta con cinco producciones musicales. "Ayer, hoy y siempre" (1994), "Exitos del recuerdo" (1995) "Lirqueñita soy, bellavistina soy" (1997), "Mi Huancavelica" (1998) con el que ha conmemorado sus bodas de oro, "Cofre de mis recuerdos" y "Soy yo, quién más: Estrellita de Lircay" (2000).


"Patucha", "Tayta Shanti", "Lucho de mis amores", "Cholito Huancavelicano" "Mayu Sirena", "Mi Huancavelica", "Florecilla de mi ilusión" son algunas de sus canciones más reclamadas. Su palmarés: medalla Kuntur de Oro del Instituto Nacional de Cultura en 1995; Palmas Artísticas del Ministerio de Educación (1998) cuando cumplió su 50 aniversario de vida artística.


Reconocida como la pionera de la música vernacular huancavelicana, es de las pocas artistas folklóricas que goza de una pensión de gracia otorgada por el Estado peruano. Sencilla sólo como ella, aún se mantiene vigente como cantante y compositora, derrochando esa vitalidad que mantuvo durante tantos años, entregando el corazón en cada una de sus presentaciones, demostrando la gracia y el donaire de la mujer lirqueña. Esta es nuestra estrellita, refulgente astro del firmamento artístico, orgullo y felicidad de los huancavelicanos.

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